Resumen
La práctica anestésica veterinaria actualmente ha evolucionado para brindarle al médico veterinario herramientas que conducen a un abordaje más seguro del evento anestésico en animales pequeños, que se requiere para el desarrollo en diferentes áreas como cuidados intensivos, imagenología y cirugía. Como objetivos primordiales del médico veterinario sobre el paciente anestesiado, están evitar la nocicepción y garantizar la amnesia, asegurando el bienestar animal, proteger sus funciones neurovegetativas y minimizar los posibles efectos secundarios que conlleva la administración de los diferentes anestésicos y analgésicos, tanto en pacientes sanos como con comorbilidades.
Por esta razón se planteó el uso de midazolam como estrategia de coinducción anestésica, buscando disminuir las dosis iniciales de propofol que podrían causar hipotensión, bradicardia e hipercapnia durante la inducción del plano anestésico. Esto se realizó en 20 pacientes caninos sanos, hembras y machos, entre los 6 y 8 meses de edad, programados para cirugía de ovariohisterectomía (OVH) y orquiectomía (ORQ), a los cuales se les administró acepromazina y morfina vía intramuscular (IM), como premedicación anestésica y, posterior a 30 minutos, se administró midazolam de 0,25 mg/kg vía intravenosa (IV) de manera lenta. Pasados 15 segundos, se administró el anestésico general inyectable (propofol) a una dosis de 4 mg/kg, de manera lenta, donde se identificó la dosis usada del anestésico inyectable en cada paciente. Como promedio general, se obtuvo una reducción del 20,2 % de la dosis totales de propofol.
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